- "[...] Since you've been such an inspiration for people around... Wow, man! You just ran into a big pile of dogshit!"
- "It happens."
- "What? Shit?"
- "Sometimes."
("Forrest Gump")

martes, 11 de enero de 2011

Cartas a la señora Hernández (I)

"Señora Hernández:

[...] Yo también me he atizado un maratón de cocina (ansiedad pre-cita con el oncólogo, me temo): borscht (aún nos quedaba medio saco de remolachas del otoño... sí, aquí las venden por sacos, a un precio ridículo: su peor pesadilla :-), cremita de coliflor, cake cranberry-orange (restos de cranberries de  las navidades) y moussaka. Una barbaridad. Tenemos para toda la semana.

Mañana es mi cita con el oncólogo, pero más para entrar en contacto y coger el testigo que le pasa Disco-Surgeon que otra cosa. Imagino que saldré de allí con numerosas citas para numerosos pinchazos y ---grafías varias. Vamos, que será como el primer día de clase: conoceré al profe y no habrá muchos deberes.

Por lo demás, duermo mucho (Monsieur M. dice que yo ahogo las penas con la almohada), como mucho chocolate, me bajo muchos libros de sitios pérfidos que me pasa mi hermano (que además de estoico, es informático y sabe dónde bajarse TODO salvo una caña fresca y una ración de calamares) y de vez en cuando hiperventilo un poco y se me acelera el corazón (sin ver fotos de George Clooney, aclaro), que es la única manifestación de ansiedad (aparte de los maratones cocineros) que he experimentado hasta ahora.

Este fin de semana pasado Monsieur M. me ha dado un cursito de esos de tai-chi que da él, con énfasis en la respiración y relajación, durante el que casi me quedo sobada. Con cierta irritación, me dijo que muy bien lo de relajarme tanto, pero que el propósito de dicho ejercicio es intentar hacerlo manteniendo la consciencia. Bof, detalles. Yo me digo que tengo que aprovechar este ataque de narcolepsia que me está dando, en vistas de futuras noches sin dormir por pupas y efectos secundarios varios.
En realidad, lo que realmente me gustaría sería ponerme el pijama, echarme a dormir, que me hagan todo lo que tienen que hacerme y que me despierten dentro de unos meses, cuando hayan terminado.

[...] Que sepa usted que sus mensajes me sientan tan bien como el chocolate que me mandó (aún queda, pero porque lo raciono), y que consigue tranquilizarme asegurándome eso de que aunque la cosa pinte mal luego resulta bien.

Apreciándola inmensamente, le mando besos y abrazos.

Arantza"

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