"- Ahh, home, crap home!"
***
"Walter: - What has Max got that I haven't got?
Anna: - Walls."
***
"Walter: - Do you know how hard it is to find a really good carpenter? Besides, I think he's got a brother who's a plumber!
Anna: - Really? A brother who's a plumber?
Walter: - I think so.
Anna: - Do you think I should sleep with him?
Walter: - Maybe just this once."
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"Walter: - What has Max got that I haven't got?
Anna: - Walls."
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"Walter: - Do you know how hard it is to find a really good carpenter? Besides, I think he's got a brother who's a plumber!
Anna: - Really? A brother who's a plumber?
Walter: - I think so.
Anna: - Do you think I should sleep with him?
Walter: - Maybe just this once."
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"Walter: - No pretendo decirle cómo tiene que hacer su trabajo, pero ni siquiera ha echado un vistazo a las tuberías.
(De "Esta casa es una ruina")
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Excelsa señora Hernández:
Le resumo esta primera mañana de marzo: estamos a once bajo cero (y curiosamente, en las tiendas de ropa de Montreal no se ven más que pareos y biquinis), Jules, el obrero más dicharachero de Montreal (uhm... no, ése no es el adjetivo más apropiado) me ha sacado de la cama a grandes timbrazos, se ha reído de mi pijama, de mis ojos hinchados, de mis zapatillas de estar por casa, de mis pelos y, en fin, de mi persona en general, ha criticado mi café aromatizado a la vainilla, ha molido y preparado una cafetera con el café de monsieur M. (tiene permiso) y café en ristre se ha ido a dar trompazos en algún punto de esta barraca en ruinas. Como en los viejos tiempos: yo, sufriendo (antes, la tesina, ahora, el cáncer) y el Jules demoliendo. *Suspiro*.
Así que ya ve, de nuevo vivo el ménage à trois tradicional en esta casa: monsieur M., yo y un operario (nuestro Jules). Sólo que entre semana monsieur M. está mayormente ausente (y lo estará hasta que me operen), ya que anda construyendo líneas eléctricas allí donde desovan los salmones. No me puedo quejar de soledad, señora: es extremadamente difícil sentirse sola cuando un tipo anda derribando el techo de la cocina a mazazo limpio.
Usted se preguntará por qué demonios estamos -de nuevo- haciendo obras en el palacete montrealés, probablemente se dirá que igual no es el mejor momento, dado mi cáncer, mi paro, el clima boreal en el que vivimos, la crisis, la conjunción planetaria y la situación en Oriente Medio, por mencionar algunos de los factores que indican que tendríamos que esperar. Pues bien, le cuento: todo empezó con una grieta sospechosa -todas las grietas son sospechosas en esta barraca- en el techo de la cocina, exactamente encima de la puerta que da al cuarto de baño. La grieta empezó a extenderse paulatinamente, pero bueno, en esta casa estamos muy acostumbrados a ver signos de decrepitud sin alarmarnos excesivamente. Cuando hace un par de semanas la grieta pasó del singular al plural, y una enorme mancha de humedad empezó a acompañarla, monsieur M. empezó a mostrarse intranquilo. Yo, presintiendo lo que se avecinaba, me apresuré a hacer lo más lógico dadas las circunstancias: galletas de nueces de Macadamia y chocolate blanco. Porque es verdad que soy optimista, señora, y que "pollyannizo" prácticamente todas las situaciones que me caen encima -nunca mejor dicho- y tiendo siempre a ver el lado bueno de las cosas, y a pensar que podría ser peor. Pero no es obligatorio que sea peor todo el tiempo. Jolín.
Tengo que decir que en esta cabaña montrealesa no somos fanáticos de las reformas, a pesar de que podamos dar esa impresión. Es más: me atrevería a decir que las reformas rara vez las decidimos nosotros, se deciden ellas solas (como la vez en la que el techo del cuarto de baño, la porción de encima de la bañera, se le cayó literalmente encima a monsieur M. mientras tomaba una ducha, la misma mañana en la que salíamos rumbo al aeropuerto, de camino a España y a unas merecidas vacaciones).
Por eso, cuando hace unos días monsieur M. tocó el techo de la cocina con la mano y constató que el techo era blando, dijo esas tres palabras cargadas de presagios de caos y polvareda: "Llama al Jules." En esta casa esas palabras son casi el equivalente de "llama a los cuatro jinetes del Apocalipsis".
Porque mi irreductible hombretón quebequés sólo teme una cosa: que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas.
Beso, señora.
Arantza
PD: (Ayer hice mi primer intento de gofres de Lieja. Un desastre. Quizá le sirvan al Jules como masilla para tapar agujeros.)
PD2: (Sigo esperando noticias del hospital. En un momento de nociva ociosidad, me puse a investigar los plazos de espera para cirugías en Montreal y sus consecuencias sobre la tasa de recuperación. Ahí fue cuando paré de googlear e intenté los gofres de Lieja y ante el fracaso, hice unas Chocolate Cherry Coma Cookies, de las cuales me comí cuatro de una sentada, para calmarme.)
PD3: (Estoy inmensamente contenta de que pasara la ITT -Inspección Técnica de la Teta- y todo le diera bien, señora. Hurras y vivas y yupis.)
PD4: (Ahora cada vez que voy a hacer pis tengo que ponerme un casco de Hydro-Québec, por si las moscas.)
PD5, última hora: (Acaban de llamarme del hospital para informarme de que Oncólogo Competente, mi nuevo y flamante cirujano, está de vacaciones. Y que por eso tardan en llamarme. Ah. Vale. Mire, señora, entiendo que los cirujanos tienen derecho a descansar, como todo el mundo, pero si me hubieran avisado antes no habría rechazado las amables invitaciones de mis amigos que viven en el campo, y habría podido irme de vacaciones yo también. En lugar de estar sentada frente a la chimenea en Saint-Vallier, tomando un chocolate, estoy plantada aquí en Montreal, oyendo jurar -"Putain!" a mi operario bretón y narizón.)
holaaa
ResponderEliminartengo la sospecha de que tanta depre no es mas que una excusa para tomarte toneladas de chocolate-cherry-coma-cookies sin darle explicaciones a nadie, no te fies de las reacciones del cuerpo, que a veces va a la suya...
cuidate muchiiiiisimo, que estoy "currando" para la mayor empresa del pais (el inem, 4.000.000 de parados, ahi queda eso), y sin alguna alegria de tanto en tanto se hace aburrido...
un abrazooooo
errrrrrrr joé, estoy volviendo a vivir "lo mio". A mi te tocó cambiar la cocina y el baño justo en plena quimio... que porqué????? pues porque ya lo teníamos contratado antes de empezar a "luchar contra el cancer"... y no era cosa de dejarlo pasar que luego al que hizo la cocina hay que esperarle otros dos años.... ejem.....
ResponderEliminarTambién me siento identificada con la espera.... yo desde que me extirparon el tumor, hasta que me llamaron para empezar la quimio, me dió tiempo a comerme las uñas más o menos hasta el codo...
Paciencia (si ya sé)
Un besuco.
Um. Yo no es por organizar un concurso de desgracias, ni de pollyannismos, pero a mí me tocó hacer una mudanza en pleno post-quimio-y-radio, y estuve a un pelo de prender fuego a todas mis propiedades, a la casa y al camión. Eché mucho de menos no haber eliminado el apego, como monsieur M.
ResponderEliminarAdemás, madame, los techos están sobrevalorados. Lo verdaderamente importante son los suelos.
Hola! DEfinitivo los servicios de salud son iguales o casi iguales en todo el planeta, los empresarios siguen siendo humanos y los médicos también.
ResponderEliminarEn tu caso creo que también usaría el casco cuando estuviera horneando algo, de preferencia rico y engordador...
Ya veo que los servicios médicos van como aquí...a su bola y el paciente que tenga mucha paciéncia.....dile a Jules que vaya rapidito....que cuando regrese el maromo ya este todo arregalo y tengais vuestra intimidad....
ResponderEliminarbeeeesos
Lo primero es lo primero felicidades a la Sra Hernández por su ITT.
ResponderEliminarDicho lo cual, el techo estaba blandito????? uyyyyyy....no se si te llegara con las galletas, no te quedan pudines alholicos desos que haces en naviduvi??? sería de gran ayuda.
Maïte
(gracias)
ResponderEliminarJB: no, si depre, lo que se dice depre, no tengo. Lo que tengo son unas ansias de chocolate muy preocupantes :-). Y para que luego digan que el paro es perjudicial para todo el mundo... :-D
ResponderEliminarDispersa: en cuanto me enteré del mes de espera adicional, corrí a ponerme esas uñas postizas que te "instalan" aquí a una las manicuras vietnamitas. Porque me muerdo las uñas (verídico) y ya había llegado a los nudillos, oyes :-). Mira, para mejorarlo todo aún más, este fin de semana hemos estado visitando el terreno-casa de nuestros sueños. Así que no contentos con demoler la cocina, igual acabamos construyendo una casa (bueno, monsieur M., yo pienso tomar drogas continuamente hasta que termine todo).
Lupe: señora, tiene razón. Y toco madera, porque la barraca montrealesa tiene una estructura hecha íntegramente de madera. Y aún podemos sufrir un ataque de Carcoma Mutante, o algo así. ¿Le he comentado que monsieur M. y yo contemplamos desde hace bastante la posibilidad de comprar nueva casa o construirnos una? ¿Y que (cómo no) el sitio al que hemos echado el ojo durante años saca terrenos a la venta AHORA? (Si existe el destino, el mío tiene que estar riéndose de mí a mandíbula batiente, señora).
Zarawitta: ya, lo único que faltaba: que el techo se me caiga encima mientras hago unos muffins.
Núria: me temo que la obra va a necesitar al menos un mes. Pero Jules ya es como de la familia. Si no diera golpes con martillos y cosas, casi ni me importaría verlo todos los días :-).
Maïte: lo de la ITT de la señora Hernández es extremadamente estupendo. Y esperanzador para una servidora. Y sí, el techo estaba blandito. Poco hecho. Quizá necesite más tiempo de cocción :-).
Señora: smuack, mua.