- "[...] Since you've been such an inspiration for people around... Wow, man! You just ran into a big pile of dogshit!"
- "It happens."
- "What? Shit?"
- "Sometimes."
("Forrest Gump")

viernes, 29 de julio de 2011

Cartas a la señora Hernández (XI): Sonrisas, lágrimas y cilantro.

Asombrosa señora Hernández:

Lee usted con una celeridad pasmosa. Yo acabo de leer en el metro de vuelta a casa desde el Jewish Hospital el pasaje en el que John Booker, el sirviente de Lord Tobias Penn-Piers (el que mandó cargar su yate para huir de Inglaterra con todas sus pinturas, antigüedades, cubertería de plata y Lady Tobias, si aún quedaba sitio :-) se hace pasar por su patrón ante los oficiales alemanes. Y me he reído mucho. Me estoy reprimiendo para no tragármelo de golpe, lo leo sólo en el hospital y en el metro, para que dure. Normalmente cuando un libro me gusta tanto me da una gula lectora similar a la suya, pero este libro es cortito y la semana empieza a ser durilla. Así que lo dosifico como si fuera un medicamento, porque un libro que provoca sonrisas violentas en cada página me va a venir muy bien en los próximos días.

Hoy me ha caído encima el cansancio radioactivo. Así de golpe, sin previo aviso. Esta mañana me he despertado preguntándome quién me había rellenado los huesos con plomo durante la noche. El trayecto de ida y vuelta al metro (4 minutos a pie, a paso tranquilo) se me ha hecho eterno. Así como cada tramo de escaleras. Normalmente subo esas escaleras de dos en dos. Hoy hasta la escalera mecánica se me antojaba agotadora a mí, que en mi estado normal soy capaz de una respetable hora de jogging cuatro veces por semana. Tiene usted razón, señora  la sensación es tan repentina que una va andando por la calle y de repente se pondría a chillar "rápido, que alguien me acerque un sofá".

Además, una de mis compañeras de fatigas (nunca mejor dicho), Maureen, una señora negra de unos sesenta y tantos elegantísimos, con un perfil de emperatriz africana, unos brazos y unas piernas largos y estilizados y un pelo cortísimo con rizos plateados, acaba de encontrarse otro bulto en el OTRO pecho. Y la pobre estaba a una semana de terminar el tratamiento. Esa noticia, y saber que ayer pasé más rápido que de costumbre porque la paciente que normalmente iba delante de mí (una quebequesa calladita y tímida, muy sonriente) ha muerto, (no me lo han dicho las radiólogas, que son siempre todo sonrisas y ánimos, sino las demás mujeres que coinciden conmigo en la sala de espera) me ha dado bajón. Sé que mi cáncer es mínimo y poco malvado, así que no temo por mí. Pero me ha podido un poco ver que gente que estaba a punto de superarlo... ya sabe.

He llegado a casa cansadísima y gruñona, y cuando Monsieur M. me servía la ensalada de mango, cilantro, aguacate y lima que ha hecho solícito bajo mis órdenes, me he echado a llorar encima de mi cilantro picadito. Teniendo en cuenta que ésta es la segunda llorera digna de ese nombre que me da desde que me diagnosticaron el bicho, no me siento demasiado culpable de abrir el grifo.

Eah, ya pasó. Ahora me dispongo a dejarme llevar de paseo a un barrio del oeste de Montreal, Côte Saint-Luc, un barrio que aún no conozco, y vamos a ir a ver casas bonitas, uno de nuestras actividades gratuitas favoritas cuando somos demasiado pobres para hacer otras cosas. Tengo ganas de salir de casa, del hospital, de ver gente por la calle andando en bici y comiendo helados, gente que no está enferma. Si tuviera dinero, tomaría un jet privado con mi quebequés de marido y le haría una visita relámpago este fin de semana. Y le exigiría que me lleve a la playa y a comer cosas en terracitas. Como por el momento no puedo, me he contentado con seguir su recomendación y buscar "84 Charing Cross Road", de Helen Hanff, y no hay manera. No parece existir en formato electrónico. Iría a la biblioteca, pero ahora mismo sólo de pensarlo me parece como emprender una expedición al Kilimanjaro.

Teniéndola en la más alta estima, la abraza,

Madame.

PD: (No tiene nada que ver, pero esta semana esquilamos a Julieta. La pobre tiene tanto pelo que estaba muriéndose de calor, por no hablar de las bolas de pelo que escupía en los peores momentos en los sitios más inoportunos. Ahora parece un cordero que ha sido atacado por una podadora. Es difícil mirarla sin una mezcla de compasión y risa floja.)

PD2: (Yo no creo en los signos, señora, bueno, los veo, pero me otorgo los derechos de autor, sé que son creación propia y no de un Ser Supremo, pero hoy, día tristón donde los haya, he visto dos que me han levantado un poco el ánimo: una nueva paciente muy simpática, panameña, en los jóvenes cuarenta, que se ha presentado como... adivine, sí... ¡Lupe! :-), y una chica en el metro que miraba fijamente mi libro de Guernsey y al final no ha podido reprimir una sonrisa enorme y me ha dicho: -"Ooooh, I LOVED that book, it's soooo good". Las dos hemos charloteado un poco hasta su parada, en esa complicidad instantánea de gente que adora el mismo libro. Me he dicho que todo no va tan mal si me tropiezo con unas cuantas Lupes aquí y allá.)

6 comentarios:

  1. venga xavalilla, ni un paso atras, ni pa coger carrerilla!!!

    ResponderEliminar
  2. Es normal que tengas momentos de bajón, bastante bien lo estás llevando. Mucho ánimo y descansa todo lo que puedas. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. ¡Anda! Si me mandas tu dirección te envío el libro. A mí me encantó y me pasé varios años regalándoselo a cualquiera que sabía que le gustaban los libros y las " epístolas"

    Abrazos y besos para esos momentos bajitos.

    ResponderEliminar
  4. JB: gracias, JB, quedas nombrado animador oficial. Tengo que mandarte un par de pompones :-).

    Chus: ya sé. Pero en mi fuero interno yo pensaba que iba a ser "diferente" y "única", y que iba a pasar por esto corriendo maratones :-). En el fondo el golpe más duro es para el ego :-).

    María: oh, gracias, María, guapa. Eres de un amable fuera de lo común. Para que veas que tengo la suerte de tratar con varias personas de una amabilidad fuera de lo común, la respuesta a este mensaje no se hizo esperar: la señora Hernández hizo exactamente lo mismo que has pensado tú, encargó el libro y me lo mandó. Soy dos soletes. Un beso.

    ResponderEliminar
  5. jajaja
    eso si, no pienso ponerme faldita ;-)

    v'sss

    ResponderEliminar
  6. En libros360.com lo puedes descargar en castellano.
    Saludos
    L

    ResponderEliminar